Conmemoración de sus 150 años de servicios ininterrumpidos a la comunidad de Valparaíso
El 23 de enero 1858 a las 8 de la noche, en la sala de la Bolsa Comercial de Valparaíso, se reunieron 66 italianos con el compromiso de formar una nueva Compañía de Bomberos.
El Sr. Sepp fue elegido como el primer Director de la Compañía y se propuso el nombre de Cristóforo Colombo el que fue aprobado por unanimidad.
El antiguo edificio se construyó en la esquina de las calles Independencia y General Cruz, en un terreno donado por el Sr. Giocondo Favero; fue diseñado por el arquitecto Ettore Pretti, el mismo que proyectó el Palacio Vergara de Viña del Mar.
El edificio se inauguró en 1911 , después de los terremotos de 1965 y 1971 fue demolido y construída, con la arquitecta Ilia Trabucco, la nueva sede.
El 23 de enero del año 2008, se conmemoró en una Sesión Solemne sus 150 años, en la Scuola Italiana de Valparaiso, cuyo edificio desde hace poco màs de un año es monumento nacional, con la presencia del Sr. Embajador de Italia en Chile, Gobernador de la Provincia de Valparaiso, Senador Arancibia, Alcalde de Valparaiso, Alcaldesa de Viña del Mar, Cónsul Honoraria de Italia en Valparaiso, representantes de la Comunidad Italiana residente, representantes de las diversas Compañías de Bomberos de la zona y de las Compañías de Bomberos Italianas de Iquique, Santiago y Talcahuano, Coro Giuseppe Verdi y dei Pompieri della Sesta en uniforme de gala . En la ceremonia presidida por el actual Director de la Sexta Sr. Luis Patrone se nombró al Embajador de Italia en Chile Sr.Paolo Casardi Miembro Honorario della Sesta y se entregó la Medalla Cristoforo Colombo a destacadas personalidades del quehacer nacional: al Padre Baldo Santi, a la Sra. Alcaldesa de Viña del Mar Sra. Virginia Reginato Bozzo, el Sr. Attilio Ansaldo, al Sr. Claudio di Girolamo, al Sr. Pedro Carcuro y al Padre Giuseppe Tomasi.
El Alcalde de Valparaiso Aldo Cornejo declaró a la Sesta Compagnía "Cristoforo Colombo" Patrimonio Inmaterial de Valparaiso. Fue un acto ceremonial y ritual que condujo a los presentes desde el silencio por los mártires, pasando por la dignidad de una historia de servicio, por su ciudad, Valparaíso, recordando y entrelazando anècdotas divinas de los que siempre recordaremos, causando respeto y profunda emoción.
Una ceremonia que enaltece el espíritu porque da cuenta de los nobles compromisos contraídos con los habitantes de la ciudad, desde aquel faro de esperanza y cobijo, verde, blanco y rojo, que tan bièn se encuentra representada en la querida SESTA.
Una ceremonia que logró resumir tantas cosas y tantos sentimientos concretos en estos hijos de inmigrantes italianos: unidad por una causa, respeto, gallardía, dignidad, compromiso y el convencimiento que la vida es màs, sobre todo cuando nada te queda y eso sí que lo saben nuestros Vigili del Fuoco; que gran lección, que soberbio escenario, què grandes personas.
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